
La película es un churro que se centra en la relación del héroe macedonio con sus padres, totalmente carente de rigor lógico, ya que presenta una colección de escenas y situaciones totalmente inverosímiles, ya no desde el punto de vista histórico, sino meramente de sentido común. Las escenas de batallas son lo más rescatable, pero siempre presentando a un Alejandro pusilánime y chillón, y joto. La cosa no es esto último, sino que se explota la presunta relación de Alejandro con Hefestión al estilo de los programas rosas, de "La Oreja", por ejemplo. De cualquier forma la personalidad que Stone propone para Alejandro no coincide con la que podría esperarse de la persona que conocemos a través de los documentos históricos de la época. Collin Farrell no es Alejandro Magno, y no creo que sea enteramente su culpa, sino sobre todo de los guinostas y del propio director. Historia chata y simple, no muy recomendable de ver.
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