Juan Luis Guerra

Hace muchísimos años descubrimos a este compa cantándole al mar y a sus mujeres, y fue interesante como nos llegó su música, a pesar de tener un matiz tan distinto al de nuestra realidad. En una música que habla de gotas de agua y mieles y madreselvas hay cabida para los desiertos y peladeros del norte de México. Con arreglos impecables e instrumentos de voces de maderas de las selvas de Dominicana su música te lleva a planos emocionales bien intensos y disfrutables.
Luego Juan Luis Guerra incluyó en su repertorio cada vez más rolas para el Señor y contrario a las expectativas resultaron suaves y reconfortantes. Muy buena música, sin duda. Su conversión en "soldado de Cristo", como le dicen algunos sitios web, le dio a sus creaciones una tranquilidad muy especial.
Es bueno contar con remansos de regocijo, con sombritas en la canícula caribeña o norteña como la música de Juan Luis Guerra.
Cuando lo escuchamos por primera vez tendríamos unos quince o dieciseis años, y es de los gustos añejos que se quedan y se resaborean; la excursión a sus bachatas todavía produce sensaciones sabrosas, junto con resabios de las aventuras juveniles vividas con sus ritmos ¡ah! ¡qué tiempos aquellos".

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