Hace un tiempo leí un libro estupendo llamado "Bueno para comer", de
Marvin Harris. El libro aborda las diferentes perspectivas que las culturas dan al hecho de comer y de cómo lo que resulta una exquisitez para algunos es una porquería para otros, siempre desde la perspectiva de la cultura.
Una de las costumbres que más le llamó la atención al leer aquél texto fue la de los
veganos, personas que se abstienen de comer cualquier cosa de orígen animal, pero en serio cualquier cosa. Yo conocía por ese entonces compas vegetarianos, que comían sobre todo vegetales (pastura, les decíamos de cotorreo), pero que de vez en cuando se aventaban su pescadito, o alguna pata de pollo. Algunos poco cuidadosos se proclamaban vegetarianos pero al enor rugido de tripa y se quebraban varios slices de pizza!!!
Pues lo veganos no. No prueban la leche, el huevo, la mantequilla, la miel, la gelatina, el queso ¡nada animal! con argumentos al menos interesantes;
ellos sostienen entre otras cosas que:
- Dada la cercanía genética de los seres humanos con los animales, resulta poco ético su consumo.
- Al morir los animales producen sustancias péptidas que resultan nocivas para el organismo humano.
- Dado que en el proceso evolutivo el hombre originalmente era herbívoro, el carnivorismo es una práctica antinatural.
Y así se siguen. Como en cualquier tema, hay claroscuros; me pregunto ejemplo ¿cómo será el desarrollo de un niño nacido en una familia vegana en la que no se consume leche de vaca? ¿será ético alimentar a un recién nacido o a un chamaco en pleno crecimiento con pura leche de soya? ¿será la misma?
Aquí en México debe resultar un poco difícil alimentarse de pura hierba, sobre todo porque no existe una cultura al respecto. En mi reciente visita al país de las barras y las estrellas pude ver que los anaqueles de los supermercados tienen amplias secciones para quienes se abstienen de los productos animales (aunque paradójicamente los gringos son quienes tienen el primer lugar en problemas de salud asociados a la obesidad).
El colmo de este asunto fue cuando me enteré que mi parte de la familia emigrada a Canadá se han convertido al veganismo (!!!!!). Esto claramente está afectando sus funciones intelectuales, ya hasta
quieren donar mi cuerpo a la ciencia...
Les recomiendo mucho el libro de Harris, no sé si esté en formato digital, pero si lo hallo lo cuelgo por aquí.
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